Antiguamente no existía otra opción, cuando una pareja de enamorados anunciaba  su compromiso, la abuela comenzaba la preparación de la torta para el gran día,  remojando frutas secas y confitadas, nueces, vino y especies para entregar el más delicioso ponqué que jamás hayan podido degustar: Una torta concentrada, húmeda, maciza y enriquecida, hecha con el máximo amor y calor de un ser tan especial. Los novios, luego de tomarse la tradicional foto, la comparten con sus invitados, acompañada de una copa de champaña, realizando el maridaje perfecto  para tan suculento manjar.
En los últimos años, hemos visto el nacimiento de la barra de postres, el pastel de boda, las magdalenas, cupcakes decorados, muffins, entre otros, crean una barra donde se exhiban diferentes tortas, eligiendo, por ejemplo, una receta la típica receta tradicional y especial de cada una de las familias combinándolas con el sabor preferido de cada uno los novios, otra que los defina como pareja o sabores diferentes que nos den un recorrido por el mundo; Hoy las mesas de postres nos ofrecen modernidad; colorido; texturas; variedad y facilidad: podemos explorarlo todo.

 

Sin duda, con esta gran variedad de opciones y mezclas entre lo tradicional y lo nuevo, los invitados tendrán la oportunidad de vivir una experiencia exquisita y conocer sus gustos de una divertida, convirtiendo nuestra mesa de postres en una gran historia.
Camila Marulanda desde hace siete años nos cuenta historias a través del paladar, haciendo realidad los sueños de muchos novios, tanto de aquellos a quienes les gusta la tradición como de aquellos a quienes les gusta la modernidad, o de quienes se han arriesgado a explorar y eligen lo mejor de los dos mundos. Para Camila, no hay un ingrediente más importante que la felicidad, la sonrisa y tranquilidad dibujadas en los NOVIOS y es por esto, que nos permite contar historias con un sabor nuevo y perfecto.